viernes, 13 de octubre de 2017

Don Jesús le contó lo del préstamo, su nombramiento como nuevo obligado de la ciudad, después de que sus rivales murieran en circunstancias misteriosas. Pensando que era una broma firmó un pagaré por el oro ofrecido, y  ahora comprendía que la garantía era su posesión más valiosa…

Pensé que tenía las de ganar- respondió lastimero Lanzagorta- pues agregue que mientras no gastara todo el dinero el contrato no sería valido y sólo me queda una moneda.

 -Entonces no debe preocuparse. Dijo el padre Ávila.

 -Lo que se me olvidó decirle  es que  si alguien me la roba perdería mi alma.

 - Don Jesús esa historia me parece increíble, pero no le abandonaré, esta noche estaré en su casa listo a ayudar- Al  amanecer le padre Ávila se marchó prometiendo llegar a las primeras sombras de  la noche.

 -Esa noche hubo una tormenta como pocas ha habido en Puebla.

 Los rayos bajaban del cielo destruyendo los campanarios de la iglesia de Analco, del Carmen y  San Agustín. Las aguas del río crecieron y dañaron gravemente los puentes de  Analco y  de San Francisco.

Mientras  en la recámara del Obligado, un Don Jesús Lanzagorta se retorcía en medio de fiebre.- ¿Y  si el padre Ávila no llega?, ¿Cómo podré defenderme?- Piensa Jesús, piensa- decía para sí.

 -No va a llegar ilustrísima, tengo la sensación que el buen Padre Ávila tuvo un contratiempo cruzando Analco. Espero que sepa nadar. Porque si no, no creo que pueda llegar a ninguna parte- dijo una voz grave que salía de la obscuridad-

 - Eres tú- maldito-  señalando con un dedo hacia la obscuridad.

 - Así es,  y vengo a cobrar mi parte, son cuarto para la hora y a las doce tu cuerpo quedará inerme, solo necesitó que me entregues la moneda de oro y quizá te deje otro tiempo.

 - Mi moneda jamás te la daré, - respondió Lanzagorta.

 - Entonces  esperaré  a que se cumpla el plazo   y yo mismo la tomaré.

-Ayúdame Señor, no  sabía lo que se hacía, perdóname…

 -Ah claro, - dijo don Juan-  ahora resulta que yo te obligué, ya sabes te leeré de nuevo el papel que firmaste hace diez años:

Muy noble y muy leal Puebla de los Ángeles a 13 de Agosto de 1689

Yo don Juan Lanzagorta de Urzúa e Hidalga, recibo diez mil escudos en oro pagaderos a diez años y  pongo min alma  y todo mi esfuerzo para el cumplimiento de este contrato.

El contrato no será  válido hasta que en vida se cumpla el plazo de diez años o el deudor gaste la última moneda dad en prenda.

Don Juan                              Don Jesús Lanzagorta                  
                      
-Bueno, me regresas lo que te presté o espero diez minutos y tomó lo que me pertenece- agregó don Juan.

  -Sabes que todo lo he perdido en este último año.

 -Es una pena que en esos barcos donde invertiste dinero se hayan hundido en la Florida, que a  tus puercos los haya matado esa misteriosa enfermedad y el ayuntamiento te haya ordenado quemarlos, que las mercancías que encargaste de México las robaran en Río Frío…

-No es justo, todo ha sido una vil treta- dijo Lanzagorta.

-Sí,  así es la vida y ya son las doce- le respondió el maligno.

-Un momento dijo triunfante Lanzagorta- todavía tengo una moneda de ese cofre sosteniéndola con la mano…- El reloj comenzó a dar las doce campanadas- y también tengo esto- Sosteniendo con el otro brazo una pistola-

 -¡No!- gritó don Juan.

 En ese mismo momento Lanzagorta jaló el gatillo de la pistola con la que apuntaba a su cabeza matándose al instante, antes de la doceava y última campanada de ese día maldito.

 El padre Ávila, que había caído al río, no supo como con la última campanada  de las doce alguien le tendió una mano y lo sacó con  vida. Maltrecho logro llegar a la casa del Obligado. Fue recibido por  los sirvientes que le informaron  que antes de las doce, escucharon un disparo, y al entrar solo había olor a pólvora, pero los restos del amo  no estaban allí.

Ya que el diablo, enfurecido porque Lanzagorta le había ganado la partida,  emparedó en su casa al pobre don Jesús con su último escudo de oro.  Y hasta el día de hoy,  algunos vecinos juran  que en esa casa hay un fantasma, que no es otro que el pobre Obligado tratando de ahuyentar a los que quieran su última moneda.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Buscar este blog

Lo maravilloso que es Puebla

Lo maravilloso que es Puebla
Puebla y sus sitios turisticos (dale click a la imagen)

Vistas a la página totales